Catar ha anunciado un ambicioso plan para aumentar significativamente la producción y el suministro de gas natural licuado (GNL), una medida que se considera un refuerzo de su posición en el mercado energético mundial y una preparación para la cambiante demanda internacional de energía. A pesar de que Estados Unidos ha superado recientemente a Catar como el mayor exportador mundial de GNL, Catar no ha reducido sus inversiones en este sector, sino que planea ampliar aún más su capacidad de producción de gas.
El ministro de Energía de Catar, Saad Sherida al-Kaabi, anunció en una conferencia de prensa en Doha el proyecto “North Field West”, un proyecto de desarrollo emblemático que se espera que aumente considerablemente la capacidad de producción de gas del país. Según los informes, la capacidad de producción de gas de Catar aumentará a 124 millones de toneladas anuales para 2030, un 85% más que el nivel actual y un 12% más que el objetivo previamente establecido. La ejecución de este plan se basa en estudios geológicos e ingenieriles del yacimiento North Field, que confirmaron que la extensión de los yacimientos es mayor de lo previsto, lo que permite nuevos proyectos de producción.
Esta decisión se toma en un contexto en el que los precios del gas se acercan a mínimos históricos. El ministro Kaabi afirmó que, a pesar de la actual debilidad de los precios, confía en que el mercado del gas en Asia seguirá creciendo y que Europa seguirá necesitando gas. Destacó que el gas tendrá un futuro brillante durante al menos cincuenta a?os más, lo que demuestra la confianza de Catar en la inversión y el desarrollo a largo plazo de su industria gasística.
Sin embargo, esta iniciativa estratégica de Catar no solo busca satisfacer la creciente demanda mundial de energía, sino también consolidar su posición como principal proveedor mundial de gas. En un contexto de reducción del suministro de Rusia y de la región del Golfo en las cadenas de suministro internacionales de energía, el plan de aumento de la producción de Catar es especialmente importante para los países europeos, que buscan diversificar sus fuentes de suministro energético para reducir su dependencia del gas ruso.